Querétaro no es una ecología musical que en forma tradicional promueva la emergencia de proyectos de jazz o de fusión del jazz con otras formas musicales. Pero estamos en el siglo veintiuno, lo cual permite que un joven con un poco de curiosidad y la enorme ventaja de las redes sociales y el internet, se entere y se forme como no sería posible con sólo la propia dinámica histórica tradicional de la ciudad. De esa manera en poco más de una década, y en paralelo a toda la vida urbana nacional, surgen proyectos originales y de gran entusiasmo exploratorio, al tiempo que lugares en donde presentarlos. Músicos, empresarios y público se van retroalimentando desde las nuevas cepas juveniles de la cultura urbana. En esa ecología nace y se desarrolla el proyecto de Filulas Juz en los últimos tres años. El nombre de Filulas sale del capítulo 68 del libro Rayuela, de Julio Cortazar, una palabra que no existe, referencia exotérica, estética y literaria en forma simultánea. Y el Juz es un juego de palabras con jugo y jazz. Así que el nombre del grupo implica un programa de acción. En forma sintética el movimiento del proyecto va del rock, sobre todo el rock progresivo, hacia un jazz que parte de sus armonías más contemporáneas y se enriquece con otras. Todos los participantes en el proyecto son rockeros de origen, como la mayoría de los miembros de su generación, la parte más joven de la generación milenians, avanzando sobre los veinte años.
Filulas Juz inicia a finales del 2012 como quinteto, con Jamil Almaguer en la batería, Roger Vargas en la guitarra, Luigino Marín en el bajo, José Javier Rodríguez en la flauta, y Armando Cuevas en la guitarra. La idea original era informal, reunirse para tocar y explorar juntos sin un objetivo claro más allá de hacer música. La base era un trío, Armando, José Javier y Luigino. Venían del rock, y buscaban algo más, el horizonte expresivo del jazz más libre y la improvisación los atraía. La exploración se fue complicando, no estaban convencidos del todo de los resultados. Esa etapa del grupo termina con la salida del segundo guitarrista y del primer baterista. La llegada de Adriano Morales en la batería en mayo-junio del 2014 es la clave para que el sonido actual del proyecto se conforme. En el 2014 el proyecto cambia a cuarteto con Adriano en la batería, Luigino en el bajo, José Javier en la Flauta y Armando en la guitarra. Como cuarteto se han presentado en festivales y clubes, como el Festival de Jazz de Querétaro 2014, el Festival Alternativo en el Museo de la Ciudad de Querétaro, el Festival de Jazz de Aguascalientes 2014. Miércoles de Jazz en Plaza de Armas Querétaro, el Moser Café y el Basement, en Querétaro, y han tenido giras por diversas ciudades de México. El proyecto del disco nace en la dinámica acelerada del tránsito entre las dos etapas del grupo. El cuarteto se consolida, al tiempo que se enriquece con músicos del ambiente inmediato, además de invitados que van conociendo en su camino por el país, como Emmanuel el Chopis Cisneros, pianista de Aguascalientes ahora avecindado en la Ciudad de México. El momento clave de su breve e intensa historia es el Festival de Aguascalientes en agosto de 2014, que queda en parte registrado en soundcloud, en donde ya sienten que tienen algo valioso y fresco que mostrar, además de sentirse bien y divertirse.
Filulas Juz es un proyecto colectivo. En el país emerge un movimiento en los últimos diez años que promueve y gestiona la vida social en colectivos. Ese movimiento tiene muchas y diversas características, entre las cuales destaca la pluralidad de intenciones y de actividades, entre ellas la música y el arte. Este es el marco de la historia de este grupo, que se autogestiona como colectivo en la genealogía de otras muchas bandas de música de todo tipo, pero con la fuerza del movimiento actual que es cualitativamente más intenso y extenso que nunca antes. Una marca de este perfil es la identidad y la personalidad del grupo, no destaca ninguna individualidad en principio, los miembros son un colectivo, componen en colectivo, se organizan en colectivo, se gestionan y administran en colectivo. Y como sus pares energéticos de generación no saben bien cómo hacer y trascender, aprenden, les gusta estar y construir. Eso los lleva a ponerse en contacto con otros proyectos y a participar en ellos, por el placer y por la vida profesional. En este sentido son un caso ejemplar dentro del movimiento del jazz y la música contemporánea mexicana. Astralopithecus es un alter ego del grupo en ese sentido, la conjunción de algo que está por encima y es una aspiración y un horizonte de deseo, y por otra parte la base misma elemental y limitada de lo que cada uno es y que integra al grupo. El colectivo se tensiona entre la aspiración y la limitación, en la exploración, el aprendizaje, el gozo, el éxtasis, el fracaso, el logro. De hecho Astralopithecus fue el primer nombre del proyecto en su fase de cuarteto, después decidieron quedarse con el nombre original y ponerle el nuevo nombre al disco debut del actual ensamble.
Hay coincidencias en gustos y diversidad en inclinaciones personales entre sus miembros. Lo que los une es lo más poderoso. De ahí el disfrute en común de la música de Robert Glasper, Pat Metheny, Dave Holland, Miles Davis, John Coltrane, entre otros, además del rock y diversas expresiones de la música contemporánea global. La exploración musical del grupo inicia y se detona escuchando discos, una y otra vez, contagiándose de la forma expresiva más que el lenguaje específico. De ahí va tomando orden su propia composición, que se mueve dentro de la corriente general del jazz contemporáneo en contacto con su genealogía e historia, sumando el hip hop, el rock progresivo, el son, y toda la diversidad de formas musicales a las que se tiene acceso hoy día. De ahí la necesidad de escuchar música clásica, minimalista, afro-cubana, y de todo tipo, la curiosidad y la exploración son la base de su configuración como colectivo de trabajo, estudio y disfrute.
Las rolas no fueron construidas para el disco en particular, son parte de un proceso de exploración-composición a lo largo de tres años, hasta llegar al momento en que el proyecto se conforma como tal y se dirige a la producción de un disco. La última etapa del proceso tiene poco menos de un año. La intención de su expresión musical es llegar al público en la forma más amable, conectar, conmover desde lo audible y generoso. Quizás la figura general del grupo es un rock progresivo expandido, una raíz que germina en una fluorescencia diversa polimorfa en armonías. El orden de las rolas en el disco intenta ensayar un viaje que tenga cambios en la intensidad, de lo energético a lo suave y regresar, volver a subir, bajar, jugando con melodías, armonías y ritmos, en una forma cercana a toda audiencia. La composición en este sentido no es compleja, pero tampoco es simplona, es amable. El diálogo melódico de la guitarra eléctrica y la flauta configuran la voz central de todo el disco, desde el primer track, Mariner, pasando por el cuarto, Troc, hasta llegar al octavo, Voyager, el sonido más puro y representativo de la banda. La trompeta juega un papel vital en el segundo, Belle Folie, en juego armónico con el teclado. Introc es una atmósfera de guitarra y teclado. Astralophitecus es su rola emblema, con diálogos rítmicos entre la batería y la guitarra, armonías con la trompeta y los teclados. Dos piezas con un toque latino más evidente, Belle Folie y Rebambaramba, que incluye percusiones extras y aplausos. Xena, la más experimental con juegos tecno con el bajo eléctrico. Y la peculiar Green Dolphin Skit, con la lectura de un texto con connotaciones libertarias. La flauta y la guitarra son el centro de la estructura melódica del proyecto, con incursiones de sutiles a protagónicas de la trompeta, el teclado aparece y desaparece con sus armonías. La batería tiene una presencia constante salvo en Introc. Los toques de las variantes y atmósferas tecno son un complemento que no caracteriza al sonido del proyecto pero lo ilumina.
La grabación y la mezcla se hicieron en Querétaro. Las sesiones de grabación fueron en vivo con todo el grupo, para imprimir la sensación natural de presencia y copresencia de los músicos y su interacción. El ingeniero de grabación y mezcla fue un Ingeniero de Querétaro, que también ha trabajado en Ciudad de México, Diego Ortega. En principio el estudio era el de Ken Basman en San Miguel De Allende, pero hubo algunos problemas logísticos, así que se realizó en Querétaro en el ático de una casa particular todo en madera, al cual se le acondicionó para estudio de grabación. Aquello fue en noviembre del 2014. Fue una semana de varias sesiones, con dos a tres tomas por track, dos o tres rolas por día, de la más sencilla para el grupo, Astralopithecus, hasta la más complicada, Xena. La mezcla duró varias semanas, casi un mes, el aprendizaje del colectivo en esta fase fue muy grato y de gran valor para quien se inicia en estos menesteres de aprendiz de ingeniero de sonido, volviendo a conocer sus propias composiciones desde el ámbito del sonido físico, su registro y su audición, se trataba de que la grabación permitiera diversos niveles de escucha, desde la más simple hasta la más compleja y erudita. De ahí el siguiente paso fue conseguir al ingeniero para la masterización. Llegaron a David Darlington, un consentido de los músicos mexicanos, a través del Symbiosis de Alex Mercado, del 2014, e inspirados por su trabajo con el trompetista Ambrose Akinmusire, When the Heart Emerges Glistening, del 2011, proyecto que también es de los favoritos del grupo. El arte del disco es del guitarrista Armando Cuevas, que también es diseñador gráfico, el concepto de arte del disco parte de una experiencia con el diseñador mexicano Gabriel Martínez Meave, ilustrando las palabras del capítulo 68 de Rayuela de Cortázar. La imagen de la portada sintetiza también el concepto de proyecto, lo terrenal y originario en unión a lo astral y progresivo, la mezcla entre lo elemental y lo conectivo.
El disco es producido en conjunto, de nuevo, entre los miembros del colectivo ensamble, una productora de Celaya que les da la marca, Azafrán, Juan José Salas, René Gronau, y un sustancioso etcétera. El disco está formateado como un LP en pequeño. De ahí la caja en cartón y una caja interna que porta al disco, aprovechando el espacio para el diseño de arte y la presentación más completa de la información de diverso tipo. Además de una capa transparente externa extra y un cintillo de información extra, que incluye el crédito para Azafrán, una mini reseña, el crédito a David Darlington, y el número del ejemplar, como obra numerada del uno al quinientos. El disco se promueve por redes sociales. Se promociona con playeras. Las presentaciones en vivo del proyecto son sustantivas. Filulas Juz desea trascender, seguir juntos, componer, proponer, ser vanguardia. Esto es sólo el principio.
Miembros del Grupo. Adriano Morales (batería), Armando Cuevas (guitarra), José Javier Rodríguez (Flauta y teclados), Luigino Marín (bajo eléctrico), Alejandro Sierra (trompeta en tracks 1, 2, 6, y 9), Francisco Jiménez (percusiones en tracks 2, 4 y 7), Pablo Olaya (teclados en tracks 2, 3 y 5), José Manuel Hernández (texto en el track 5), Juan Regueiro (voz en track 5).
Nombre del disco. Astralopithecus
Duración del disco. 45 minutos
Siete segmentos. Mariner (skit) (2:04), Belle Folie (5:57), Introc (1:56), Troc (7:41), Green Dolphin Skit (3:44), Astralopithecus (4:46), Rebambaramba (3:17), Voyager (6:32), Xena (8:47).
Composición. Filulas Juz
Producción. Filulas Juz
Producción Ejecutiva. Juan José Salas
Grabado y mezclado por Diego Ortega Septién, Querétaro, Querétaro.
Masterización. David Darlington, “Bass Hit Recording Studio”, New York.
Arte y Diseño. Armando Cuevas
Fuente: Contratiempo Jazz Noticias
http://www.contratiempojazz.net/index.php?option=com_content&view=article&id=2894:astralopithecus-de-filulas-juz-resena&catid=51&Itemid=437
Filulas Juz inicia a finales del 2012 como quinteto, con Jamil Almaguer en la batería, Roger Vargas en la guitarra, Luigino Marín en el bajo, José Javier Rodríguez en la flauta, y Armando Cuevas en la guitarra. La idea original era informal, reunirse para tocar y explorar juntos sin un objetivo claro más allá de hacer música. La base era un trío, Armando, José Javier y Luigino. Venían del rock, y buscaban algo más, el horizonte expresivo del jazz más libre y la improvisación los atraía. La exploración se fue complicando, no estaban convencidos del todo de los resultados. Esa etapa del grupo termina con la salida del segundo guitarrista y del primer baterista. La llegada de Adriano Morales en la batería en mayo-junio del 2014 es la clave para que el sonido actual del proyecto se conforme. En el 2014 el proyecto cambia a cuarteto con Adriano en la batería, Luigino en el bajo, José Javier en la Flauta y Armando en la guitarra. Como cuarteto se han presentado en festivales y clubes, como el Festival de Jazz de Querétaro 2014, el Festival Alternativo en el Museo de la Ciudad de Querétaro, el Festival de Jazz de Aguascalientes 2014. Miércoles de Jazz en Plaza de Armas Querétaro, el Moser Café y el Basement, en Querétaro, y han tenido giras por diversas ciudades de México. El proyecto del disco nace en la dinámica acelerada del tránsito entre las dos etapas del grupo. El cuarteto se consolida, al tiempo que se enriquece con músicos del ambiente inmediato, además de invitados que van conociendo en su camino por el país, como Emmanuel el Chopis Cisneros, pianista de Aguascalientes ahora avecindado en la Ciudad de México. El momento clave de su breve e intensa historia es el Festival de Aguascalientes en agosto de 2014, que queda en parte registrado en soundcloud, en donde ya sienten que tienen algo valioso y fresco que mostrar, además de sentirse bien y divertirse.
Filulas Juz es un proyecto colectivo. En el país emerge un movimiento en los últimos diez años que promueve y gestiona la vida social en colectivos. Ese movimiento tiene muchas y diversas características, entre las cuales destaca la pluralidad de intenciones y de actividades, entre ellas la música y el arte. Este es el marco de la historia de este grupo, que se autogestiona como colectivo en la genealogía de otras muchas bandas de música de todo tipo, pero con la fuerza del movimiento actual que es cualitativamente más intenso y extenso que nunca antes. Una marca de este perfil es la identidad y la personalidad del grupo, no destaca ninguna individualidad en principio, los miembros son un colectivo, componen en colectivo, se organizan en colectivo, se gestionan y administran en colectivo. Y como sus pares energéticos de generación no saben bien cómo hacer y trascender, aprenden, les gusta estar y construir. Eso los lleva a ponerse en contacto con otros proyectos y a participar en ellos, por el placer y por la vida profesional. En este sentido son un caso ejemplar dentro del movimiento del jazz y la música contemporánea mexicana. Astralopithecus es un alter ego del grupo en ese sentido, la conjunción de algo que está por encima y es una aspiración y un horizonte de deseo, y por otra parte la base misma elemental y limitada de lo que cada uno es y que integra al grupo. El colectivo se tensiona entre la aspiración y la limitación, en la exploración, el aprendizaje, el gozo, el éxtasis, el fracaso, el logro. De hecho Astralopithecus fue el primer nombre del proyecto en su fase de cuarteto, después decidieron quedarse con el nombre original y ponerle el nuevo nombre al disco debut del actual ensamble.
Hay coincidencias en gustos y diversidad en inclinaciones personales entre sus miembros. Lo que los une es lo más poderoso. De ahí el disfrute en común de la música de Robert Glasper, Pat Metheny, Dave Holland, Miles Davis, John Coltrane, entre otros, además del rock y diversas expresiones de la música contemporánea global. La exploración musical del grupo inicia y se detona escuchando discos, una y otra vez, contagiándose de la forma expresiva más que el lenguaje específico. De ahí va tomando orden su propia composición, que se mueve dentro de la corriente general del jazz contemporáneo en contacto con su genealogía e historia, sumando el hip hop, el rock progresivo, el son, y toda la diversidad de formas musicales a las que se tiene acceso hoy día. De ahí la necesidad de escuchar música clásica, minimalista, afro-cubana, y de todo tipo, la curiosidad y la exploración son la base de su configuración como colectivo de trabajo, estudio y disfrute.
Las rolas no fueron construidas para el disco en particular, son parte de un proceso de exploración-composición a lo largo de tres años, hasta llegar al momento en que el proyecto se conforma como tal y se dirige a la producción de un disco. La última etapa del proceso tiene poco menos de un año. La intención de su expresión musical es llegar al público en la forma más amable, conectar, conmover desde lo audible y generoso. Quizás la figura general del grupo es un rock progresivo expandido, una raíz que germina en una fluorescencia diversa polimorfa en armonías. El orden de las rolas en el disco intenta ensayar un viaje que tenga cambios en la intensidad, de lo energético a lo suave y regresar, volver a subir, bajar, jugando con melodías, armonías y ritmos, en una forma cercana a toda audiencia. La composición en este sentido no es compleja, pero tampoco es simplona, es amable. El diálogo melódico de la guitarra eléctrica y la flauta configuran la voz central de todo el disco, desde el primer track, Mariner, pasando por el cuarto, Troc, hasta llegar al octavo, Voyager, el sonido más puro y representativo de la banda. La trompeta juega un papel vital en el segundo, Belle Folie, en juego armónico con el teclado. Introc es una atmósfera de guitarra y teclado. Astralophitecus es su rola emblema, con diálogos rítmicos entre la batería y la guitarra, armonías con la trompeta y los teclados. Dos piezas con un toque latino más evidente, Belle Folie y Rebambaramba, que incluye percusiones extras y aplausos. Xena, la más experimental con juegos tecno con el bajo eléctrico. Y la peculiar Green Dolphin Skit, con la lectura de un texto con connotaciones libertarias. La flauta y la guitarra son el centro de la estructura melódica del proyecto, con incursiones de sutiles a protagónicas de la trompeta, el teclado aparece y desaparece con sus armonías. La batería tiene una presencia constante salvo en Introc. Los toques de las variantes y atmósferas tecno son un complemento que no caracteriza al sonido del proyecto pero lo ilumina.
La grabación y la mezcla se hicieron en Querétaro. Las sesiones de grabación fueron en vivo con todo el grupo, para imprimir la sensación natural de presencia y copresencia de los músicos y su interacción. El ingeniero de grabación y mezcla fue un Ingeniero de Querétaro, que también ha trabajado en Ciudad de México, Diego Ortega. En principio el estudio era el de Ken Basman en San Miguel De Allende, pero hubo algunos problemas logísticos, así que se realizó en Querétaro en el ático de una casa particular todo en madera, al cual se le acondicionó para estudio de grabación. Aquello fue en noviembre del 2014. Fue una semana de varias sesiones, con dos a tres tomas por track, dos o tres rolas por día, de la más sencilla para el grupo, Astralopithecus, hasta la más complicada, Xena. La mezcla duró varias semanas, casi un mes, el aprendizaje del colectivo en esta fase fue muy grato y de gran valor para quien se inicia en estos menesteres de aprendiz de ingeniero de sonido, volviendo a conocer sus propias composiciones desde el ámbito del sonido físico, su registro y su audición, se trataba de que la grabación permitiera diversos niveles de escucha, desde la más simple hasta la más compleja y erudita. De ahí el siguiente paso fue conseguir al ingeniero para la masterización. Llegaron a David Darlington, un consentido de los músicos mexicanos, a través del Symbiosis de Alex Mercado, del 2014, e inspirados por su trabajo con el trompetista Ambrose Akinmusire, When the Heart Emerges Glistening, del 2011, proyecto que también es de los favoritos del grupo. El arte del disco es del guitarrista Armando Cuevas, que también es diseñador gráfico, el concepto de arte del disco parte de una experiencia con el diseñador mexicano Gabriel Martínez Meave, ilustrando las palabras del capítulo 68 de Rayuela de Cortázar. La imagen de la portada sintetiza también el concepto de proyecto, lo terrenal y originario en unión a lo astral y progresivo, la mezcla entre lo elemental y lo conectivo.
El disco es producido en conjunto, de nuevo, entre los miembros del colectivo ensamble, una productora de Celaya que les da la marca, Azafrán, Juan José Salas, René Gronau, y un sustancioso etcétera. El disco está formateado como un LP en pequeño. De ahí la caja en cartón y una caja interna que porta al disco, aprovechando el espacio para el diseño de arte y la presentación más completa de la información de diverso tipo. Además de una capa transparente externa extra y un cintillo de información extra, que incluye el crédito para Azafrán, una mini reseña, el crédito a David Darlington, y el número del ejemplar, como obra numerada del uno al quinientos. El disco se promueve por redes sociales. Se promociona con playeras. Las presentaciones en vivo del proyecto son sustantivas. Filulas Juz desea trascender, seguir juntos, componer, proponer, ser vanguardia. Esto es sólo el principio.
Miembros del Grupo. Adriano Morales (batería), Armando Cuevas (guitarra), José Javier Rodríguez (Flauta y teclados), Luigino Marín (bajo eléctrico), Alejandro Sierra (trompeta en tracks 1, 2, 6, y 9), Francisco Jiménez (percusiones en tracks 2, 4 y 7), Pablo Olaya (teclados en tracks 2, 3 y 5), José Manuel Hernández (texto en el track 5), Juan Regueiro (voz en track 5).
Nombre del disco. Astralopithecus
Duración del disco. 45 minutos
Siete segmentos. Mariner (skit) (2:04), Belle Folie (5:57), Introc (1:56), Troc (7:41), Green Dolphin Skit (3:44), Astralopithecus (4:46), Rebambaramba (3:17), Voyager (6:32), Xena (8:47).
Composición. Filulas Juz
Producción. Filulas Juz
Producción Ejecutiva. Juan José Salas
Grabado y mezclado por Diego Ortega Septién, Querétaro, Querétaro.
Masterización. David Darlington, “Bass Hit Recording Studio”, New York.
Arte y Diseño. Armando Cuevas
Fuente: Contratiempo Jazz Noticias
http://www.contratiempojazz.net/index.php?option=com_content&view=article&id=2894:astralopithecus-de-filulas-juz-resena&catid=51&Itemid=437