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"Cuadro" de Omar Gardunho / stereojazz
Segundo disco del Omar Gardunho Project.  Esta entrega completa más de dos años de desarrollo del proyecto, incluyendo su primer disco, Life. Después de la publicación de esa primera grabación, el año siguiente fue de promoción y difusión de la propuesta, con algunos cambios y variante en el ensamble y en la puesta en escena. Justo al año el proceso creativo siguió su impulso, en unas semanas el material estuvo listo para ser grabado, vino el tiempo del estudio de grabación, y hacia principios del 2016 el disco está listo.

Este segundo momento creativo fue intenso y rápido, igual la producción del disco. Todo tiene su motivación y su explicación, la composición es una fase de la vida del músico que puede madurar en lapsos largos, pero también manifestarse en cortos. Es relevante apuntar que en el camino Omar Gardunho ha ido creciendo en compañía, no sólo musical, tiene cada vez más amigos, como Pepe Fernández, gerente, promotor, guitarrista de corazón, que desde The Jazz Place, apoya diversos proyectos, que siempre está ahí para colaborar con la carrera de jóvenes jazzistas, como en este caso.

El tiempo de un joven compositor tiene un metabolismo muy alto, mucho puede suceder en algunos meses, en menos de un año. Este es el caso, después del aprendizaje de la música en vivo, de tocar, de conversar y de estar, el ciclo creativo apareció de nuevo, pero no igual. El guitarrista que quería tocar y tener su primer disco, se transformó en un músico que ha ido madurando en ideas, formas, maneras. El primer disco fue un impulso de hacer y tener resultados, el juego de la complicidad en el estudio marca el tono y la expresión de lo grabado, tocar, sentir al ensamble y obtener un producto. Es clave la presencia de Marco Rentería, lo sigue siendo. En aquel entonces aparece en una pensada y sentida dualidad estética en el bajo eléctrico con Marco y con Iván Barrera. Esta combinación se reproduce en este segundo disco, dos bajistas de estilo y expresión diversa, que forman parte del imaginario musical del compositor, son sus voces rítmicas, compañeros de ruta en este proyecto general hasta ahora y en lo que seguirá. El tema de la batería es un asunto aparte.

En Life Daniel Zepeda le imprime al disco un swing para bailar, acá Eddy Vega tiene una forma sencilla y justa de marcar el tiempo, que contrasta con las explosivas presentaciones en vivo, trabajo también de la Ingeniería de sonido.

La voz melódica de los metales también tiene contrastes que enriquecen el proyecto. En Life el sax de Dan Zlotnik marca el tono y la textura, ahora en Cuadro aparece Alán Fajardo con su trompeta cada vez más brillante y a la vez sutil.

Alán ha acompañado el proyecto desde la primera fase en las tocadas en vivo, su integración en este momento completa la voz total de la banda. Este tema de los integrantes es clave en esta propuesta, los individuos se van asociando cada vez más, y la aspiración a continuar juntos aparece como un escenario deseable para todos, empezando por su audiencia.

Hay una historia secreta en este segundo momento del Omar Gardunho Project. En el primer disco, Life, la grabación estuvo abierta a la improvisación, como lo marca el espíritu de la música del infinito, el jazz. No habría más que decir sobre ese punto. Lo interesante es lo que sucede sobre ese tema en este segundo disco, Cuadro. El compositor guitarrista quiere ir un paso más allá en el dominio de la puesta en escena. Todo el disco está escrito y dirigido por una partitura hecha para tal situación. La idea es que el compositor se muestre a sí mismo capaz de crear la espontaneidad prescrita, gracias, de nuevo, a la complicidad emocional e intelectual de los miembros de la banda. La improvisación en esta segunda fase del proyecto se desarrolla, como es deseable, en las tocadas en vivo, esta impecabilidad en la puesta en escena es una cualidad que vale el viaje al escuchar esta obra distinta a la primera, y al tiempo una continuación en la exploración del sonido Groove que Omar Gardunho tiene como ruta de navegación por el ahora.

El autor necesita nombrar musicalmente a lo que ama, así fue en el primer disco y así es en este segundo. La portada y contraportada, y los interiores son fotografías de su perro, un Xoloscuincle, al cual está dedicada la primera canción, Coco, el nombre del perro, la canción es un homenaje a la sobrevivencia de una raza que se niega a desaparecer, una melodía bella que toma forma en el diálogo entre la guitarra y la trompeta, ves al perro jugando frente a ti.

La segunda canción es una canción de cuna, Our Chid, una bienvenida a un hijo que aún no nace, pero nacerá y será recibido con música, la guitarra resplandece.

Renacer es un tema que liga este disco con el primero, Life, un canto al gusto por estar vivo y poder manifestarlo con música.

Cuadro, la canción que da título al disco es un ejercicio de hacer música como si estuviera pintando una pintura, la exploración de la posible interacción entre formas del arte en apariencia distintas, aquí la batería tiene una expresión más protagónica.

Semiarábigo es la canción más larga, un homenaje a la guitarra, en particular a una escala, la menor armónica, muy estimada por Omar Gardunho, que aquí desea jugar con la posibilidad del diálogo entre formas musicales distantes como la música árabe y el jazz.

Hope es otro homenaje, en este caso a Jimmy Hendrix, marcando su influencia en el primer acorde que se mueve de mayor a menor, en este punto el disco se desliza suave y acogedor.

Thug Life nace de una melodía taradeada por su compañera, Ivette, que toma forma en algo que podría ser una canción para una película de gánsters, hay un toque de humor, un guiño a la vida privada doméstica.

Siguiente, la última canción del disco, es una promesa sobre el camino del proyecto hacia el futuro, quizás la melodía más limpia y económica de recursos de esta segunda entrega, mi favorita.

La secuencia de las canciones es el orden en que fueron grabadas, al azar, y la decisión fue que así quedaran en el disco. El concepto general del proyecto es continuar explorando y aprendiendo de la gramática, la puesta en escena y la sensación del Groove.  En este sentido la apuesta es por un estilo de jazz clásico, continuando con la tradición que no se agota, penetrando más en los secretos y aristas de una forma musical que no es sencilla de atrapar, que supone estudio y práctica.  En el fondo de este segundo momento en la vida de Omar Gardunho está la dialéctica entre el guitarrista y el compositor, entre el compositor y el líder de un proyecto, entre el guitarrista y el ensamble en trío y en cuarteto.

La forma en la cual va moviendo la voz melódica de los metales a la guitarra y al bajo permite un juego de vivencias que sólo puede experimentarse en plenitud con las tocadas en vivo. Este segundo momento del proyecto inicia su vida en concierto. Así que a disfrutar la música en vivo, que ya llegará el tercer momento, y la vida sigue.

Nombre del disco: Cuadro.
Omar Gardunho Project: Marco Rentería (bajo, en Coco, Our Child, Renacer, Semiarábigo),  Iván Barrera (bajo, en Cuadro, Hope, Thug Life, Siguiente), Alán Fajardo (trompeta), Eddy Vega (batería), Omar Garduhno (guitarra y composición).
Duración: 39 minutos.
Coco (4:25), Our Child (5:00), Renacer (4:24), Cuadro (4:27), Semiarábigo (6:05), Hope (5:11), Thug Life (3:37), Siguiente (5:35).
Todas las composiciones por Omar Gardunho
Grabado, mezclado y masterizado en 2 veces studio, por Rodrigo Arens.
Producido por Omar Gardunho
Diseño y Arte por Jaime Bastida.
Fotografía. Bruno García, Jonathan Madariaga y Heriberto Carrera.
Año de producción. 2016

Fuente: Contratiempo Jazz

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