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Lucas Yonemoto y la simple belleza de “Fusae” / stereojazz
El nuevo jazz local suele tener estas cosas. De pronto hay un nombre que comienza a ser mencionado.  Una sugerencia que se repite. Una presencia cada vez más evidente. Y cuando finalmente la mención se corporiza a través de una obra, es como encontrar un objeto perdido en medio de rincones tantas veces transitados.

Desde hace un tiempo el nombre de Lucas Yonemoto comenzó a corporizarse en la escena local argentina, asociado a jóvenes grupos como “DioFetente” o como parte de proyectos ajenos; secundando a cantantes como Marina Quiroga o Sol Liebskind o compartiendo escenarios con figuras como Oscar Giunta, Gustavo Bergalli o Botafogo.

Ahora, de la mano de una experiencia que se contradice con su juventud, Lucas presenta en sociedad su primer trabajo como líder: el más que interesante,  “Fusae”,  enigmático nombre a través del cual rinde homenaje a su ascendencia japonesa, y con el que muestra un puñado de logradas canciones  junto a un grupo que derrocha talento y bueno gusto.

Acompañado de Tomás Fares en piano,  Andrés Pellican en contrabajo y Juan Cava en batería; Yonemoto se evidencia como un músico inquieto y creativo, tanto desde lo instrumental como desde lo autoral, con siete temas propios sobre los ocho que componen su disco. Y es desde un inicio mismo, con “Los Reyunos”,  donde se advierte hacia dónde va la propuesta. Temas de melodías definidas, climas sugerentes y solos creativos que se alejan del virtuosismo vacío para sumar al conjunto

Hay aquí para variados gustos y aunque a lo largo de los ocho temas que integran la placa predominan los tiempos calmos y la profundidad de lo expuesto, como en el intimista “Dos fugaces”, no faltan los pasajes en los que cierta tensión acumulada desborda y da lugar a solos de intensa propuesta.  Como en “Reloj de noche”, el segundo corte del disco, con destaques de Yonemoto en guitarra y Farés en piano, o jazzero “Oliver”, quizás el tema más standard de un disco de generosa calidad.

Pero si de climas se habla, es ineludible la referencia al quinto corte: “Linwood 532″, con sus 10 minutos el más extenso del disco y con un desarrollo pleno de sutilezas, que se inicia desde una mínima expresión de cada una de las partes, para confluir en un crescendo que  prolonga un final casi agónico, con la batería de Juan Cava marcando los últimos pulsos.

“Tarjetas”, con la guitarra de Yanemoto navegando con destreza las aguas del jazz-rock, respaldado  por un inspirado Fares y la potente rítmica de Cava y Péllican y el inoxidable “Over the rainbow”, aquí en un inspirado solo set de guitarra, completan el prometedor debut discográfico de Lucas como líder.

Lucas Yonemoto, guitarra
Alvaro Torres, piano
Andrés Pellican, contrabajo
Juan Cava, bateria

Fuente: Revista Argent Jazz

http://www.argentjazz.com.ar/lucas-yonemoto-y-la-simple-belleza-de-fusae/

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