Con andar despreocupado, señalando a sus músicos en un gesto cómplice y entregándose al público a través de una reverencia. Así se ha sentado al piano Chucho Valdés, el conocido músico de jazz afrocubano, hijo del pianista Bebo Valdés, que se haya inmerso en una gira internacional para celebrar el 40 aniversario de Irakere, su antigua formación. «En especial esta noche estoy como en mi casa, saben que soy parte de ustedes, soy malagueño como cualquiera», ha confesado a un Cervantes casi sin localidades que ha acompañado con palmas y coros al maestro y a sus nueve secuaces sobre el escenario. En la tarde-noche de este domingo, Málaga ha sonado como La Habana durante casi dos horas de actuación.
Tras interpretar "Juana 1600", tema introductorio del espectáculo, ha sonado Tabú, una pieza más pausada en la que han llegado los solos de trompeta y saxofón. A su vez, el pianista ha hecho la primera de las muchas demostraciones de su destreza al piano tras toda una vida junto al instrumento –74 años dan para mucho–. El público, compuesto en su mayoría por seguidores del maestro, ha aplaudido la exhibición de talento del cubano. Tras el son latino, ha llegado un blues que habían compuesto recientemente «en un ensayo». Chucho ha formado un trío con Gastón Joya al bajo y Rodney Barreto a la batería. Los vientos volvieron uno a uno a la palestra para, solo tras solo, entonar la nota final de la pieza.
Acto seguido han hecho sonar la peculiar versión de Valdés del "standard" de jazz "Stella by Starlight", titulado "Estela va a estallar". Esta conocida interpretación ha llevado a los músicos a varios duelos cruzados. Barreto a la batería junto a Yaroldy Abreu y Dreiser Burruthy a las percusión primero, y el propio pianista contra Joya al bajo, concluyendo en uno de los momentos más aplaudidos del concierto. «Ahora viene un experimento, un tango-cumbia, un tango-blues, un tango-tango». "Lorena"s tango" ha sonado diferente, y lo prometido ha sido una deuda saldada: del ritmo argentino se han deslizado por la salsa hasta llegar al "swing" mas neoyorquino.
«Ahora haremos un tributo a alguien muy importante, causante de que yo exista y este aquí, un lugar en el que él también tocó». "Caridad Amaro", una de las piezas más conocidas y emotivas de Bebo Valdés, ha puesto el punto templado a la tarde, sonando a despedida. Tras la nota final, los músicos han saludado para decir adiós, aunque todavía quedaba "Bacalao con pan". Esta ha sido la canción mas animada, una excusa para el baile, de los intérpretes y del público, que se ha puesto en pie a petición del trompetista para acompañarle en su danza. Tras esta actuación abandonaron el escenario en fila, coreando «baila negrito, baila».
A pesar de que los músicos se habían marchado, el público no ha cesado en sus aplausos hasta que la banda cogió los instrumentos de nuevo. Han hecho sonar un ritmo "funky" a través del cual han jugado con los asistentes como si fueran un miembro más, bailando y cantando. Chucho y los suyos han abandonado el Cervantes entre vítores y con los presentes en pie.
Fuente: Diario Sur de Málaga
http://www.diariosur.es/culturas/musica/201605/16/chucho-valdes-trae-trozo-20160515233948.html
Tras interpretar "Juana 1600", tema introductorio del espectáculo, ha sonado Tabú, una pieza más pausada en la que han llegado los solos de trompeta y saxofón. A su vez, el pianista ha hecho la primera de las muchas demostraciones de su destreza al piano tras toda una vida junto al instrumento –74 años dan para mucho–. El público, compuesto en su mayoría por seguidores del maestro, ha aplaudido la exhibición de talento del cubano. Tras el son latino, ha llegado un blues que habían compuesto recientemente «en un ensayo». Chucho ha formado un trío con Gastón Joya al bajo y Rodney Barreto a la batería. Los vientos volvieron uno a uno a la palestra para, solo tras solo, entonar la nota final de la pieza.
Acto seguido han hecho sonar la peculiar versión de Valdés del "standard" de jazz "Stella by Starlight", titulado "Estela va a estallar". Esta conocida interpretación ha llevado a los músicos a varios duelos cruzados. Barreto a la batería junto a Yaroldy Abreu y Dreiser Burruthy a las percusión primero, y el propio pianista contra Joya al bajo, concluyendo en uno de los momentos más aplaudidos del concierto. «Ahora viene un experimento, un tango-cumbia, un tango-blues, un tango-tango». "Lorena"s tango" ha sonado diferente, y lo prometido ha sido una deuda saldada: del ritmo argentino se han deslizado por la salsa hasta llegar al "swing" mas neoyorquino.
«Ahora haremos un tributo a alguien muy importante, causante de que yo exista y este aquí, un lugar en el que él también tocó». "Caridad Amaro", una de las piezas más conocidas y emotivas de Bebo Valdés, ha puesto el punto templado a la tarde, sonando a despedida. Tras la nota final, los músicos han saludado para decir adiós, aunque todavía quedaba "Bacalao con pan". Esta ha sido la canción mas animada, una excusa para el baile, de los intérpretes y del público, que se ha puesto en pie a petición del trompetista para acompañarle en su danza. Tras esta actuación abandonaron el escenario en fila, coreando «baila negrito, baila».
A pesar de que los músicos se habían marchado, el público no ha cesado en sus aplausos hasta que la banda cogió los instrumentos de nuevo. Han hecho sonar un ritmo "funky" a través del cual han jugado con los asistentes como si fueran un miembro más, bailando y cantando. Chucho y los suyos han abandonado el Cervantes entre vítores y con los presentes en pie.
Fuente: Diario Sur de Málaga
http://www.diariosur.es/culturas/musica/201605/16/chucho-valdes-trae-trozo-20160515233948.html