A tres vistas del escenario fueron dispuestas las sillas que rápidamente se llenaron por un público ávido de escuchar la voz de Louise Phelan y las notas de piano de Alex Mercado en el UNAM Centro Cultural Morelia. Con dos discos en su haber, la cantante irlandesa derrochó sin demoras su enorme talento.
Louise presentó su disco Moments of Light, ante un público que abarrotó los espacios del Centro Cultural. Entre espacios de música platicó que ese disco le recordaba su experiencia cuando llegó a la Ciudad de México. Tras el breve relato vino mucho swing, que hacia mover los pies a los mas serios. Varios momentos llevó el concierto; evocaron el piano y la tesitura de Louise, a veces fuerte, otras juguetona, unas tantas más suave, a la música de raíces negras, a los ritmos de New Orleans.
Sin mirar el escenario, sólo dejándose transportar por el oído, el piano de Alex parecía, más que un Yamaha de acústica simulada, un Steinway & Sons newyorkino de confección alemana.
La tarde moría despacio, como queriéndose quedar hasta el final del concierto, y no era para menos, porque la cantante de jazz y el pianista lo valían. Todo el calor de la tarde se apaciguó por un viento fresco que permitió un disfrute más profundo de la música, el único calor quedó entre el alma y el oído, atrapado en el intrincado compás de las notas, y en los aplausos que de vez en vez les regalaba la audiencia. "I'm in heaven" cantaba Louise mientras Alex le acompañaba, y despedían la aún tarde con horario de noche, con la promesa de volver. Ya se habían bajado del escenario cuando a fuerza de aplausos los hicieron regresar para ahora sí cerrar con Perhaps, en una versión mezclada entre el inglés y en español.
Fuente: Agencia Quadratin
https://www.quadratin.com.mx/cultura/Louise-Phelan-cautivo-michoacanos-Centro-Cultural-Morelia/
Louise presentó su disco Moments of Light, ante un público que abarrotó los espacios del Centro Cultural. Entre espacios de música platicó que ese disco le recordaba su experiencia cuando llegó a la Ciudad de México. Tras el breve relato vino mucho swing, que hacia mover los pies a los mas serios. Varios momentos llevó el concierto; evocaron el piano y la tesitura de Louise, a veces fuerte, otras juguetona, unas tantas más suave, a la música de raíces negras, a los ritmos de New Orleans.
Sin mirar el escenario, sólo dejándose transportar por el oído, el piano de Alex parecía, más que un Yamaha de acústica simulada, un Steinway & Sons newyorkino de confección alemana.
La tarde moría despacio, como queriéndose quedar hasta el final del concierto, y no era para menos, porque la cantante de jazz y el pianista lo valían. Todo el calor de la tarde se apaciguó por un viento fresco que permitió un disfrute más profundo de la música, el único calor quedó entre el alma y el oído, atrapado en el intrincado compás de las notas, y en los aplausos que de vez en vez les regalaba la audiencia. "I'm in heaven" cantaba Louise mientras Alex le acompañaba, y despedían la aún tarde con horario de noche, con la promesa de volver. Ya se habían bajado del escenario cuando a fuerza de aplausos los hicieron regresar para ahora sí cerrar con Perhaps, en una versión mezclada entre el inglés y en español.
Fuente: Agencia Quadratin
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