Promediaba el 2012 cuando Lucio Balduini sorprendía con “Viento divino”, un disco con canciones propias con el guitarrista al frente de un grupo sólido, conformado por la base rítmica de Escalandrum: Pipi Piazzolla en batería y Mariano Sívori en contrabajo, con Jesús Fernández en teclados.lucio disco
Debieron pasar cinco años, para que Balduini concretara un nuevo trabajo, esperado con expectativa por la escena jazzera local que había sabido justipreciar los valores de la entrega anterior. Y el momento esperado se concretó con “El bosque brillante”, con un puñado de canciones propias, dos obras de Luis Alberto Spinetta y el personal sonido de Lucio en guitarra.
Las primeras escuchas no dudarían en situar a “El bosque brillante” como una continuidad, si se quiere lógica, del logrado “Viento divino”. Las coincidencias no son pocas. Hay un clima general que se emparenta con el antecesor. Los temas navegan entre la calma y la tensión contenida, en ocasiones al límite de un desborde que no llega a concretarse. También están allí, como disco anterior, la solvencia y creatividad de Piazzolla y Sívori.
Pero también están esas diferencias, evidentes o plenas de sutilezas. Buena parte de ellas surgen de los teclados de Esteban Sehinkman, que en muchos pasajes emerge como el socio ideal para Balduini, dialogando con la guitarra o tejiendo fondos que sostienen o enmarcan la melodía de Balduini.
El disco no podría haber tenido mejor comienzo. El primer corte es de esos que golpean sin aviso. Un punteo de guitarra marca el camino y se mantiene presente a lo largo de todo el desarrollo, con la base rítmica entrando y saliendo y los teclados como telón de fondo. Pero es tan sólo el inicio.
Porque están el rockero “Superestrella”, los breves,”Fugaz” y “Plegaria para mí” , con Lucio proponiendo otros colores o el notable “Héroe explorador”, con el grupo a pleno y la sociedad Balduini-Sehinkman en uno de sus puntos culminantes. Además un par de temas de Lucio que habían sido versionados en “Transmutación”, el disco de Pipi Piazzolla del 2015 y en el que participa el guitarrista: “Cascada milagrosa” y “Piedra lunar”, tienen aquí un tratamiento distinto al del trío; con mayor extensión y la guitarra llevando la melodía en reemplazo del saxo de Damian Fogiel.
Claro que también destacan aquí dos temas de Luis Alberto Spínetta, versionados de manera sólo instrumental. “La rifa del viento”, del álbum “Mondo di cromo” de 1983 y “Para ir”, un temazo de Almendra de 1970, con el que Balduini pone punto final a este, su nuevo y valioso trabajo. Cinco años entre un disco y otro no es un tiempo menor. Pero claro, esta vez la espera valió la pena.
Músicos: Lucio Balduini (guitarras y efectos), Esteban Sehinkman (Fender Rhodes),
Mariano Sivori (contrabajo), Daniel "Pipi" Piazzolla (batería)
Año: 2017
Estilo: Jazz moderno
Fuente: Web de Lucio Balduini
http://www.luciobalduini.com.ar/lucio-balduini-y-un-bosque-con-brillo-propio/
Debieron pasar cinco años, para que Balduini concretara un nuevo trabajo, esperado con expectativa por la escena jazzera local que había sabido justipreciar los valores de la entrega anterior. Y el momento esperado se concretó con “El bosque brillante”, con un puñado de canciones propias, dos obras de Luis Alberto Spinetta y el personal sonido de Lucio en guitarra.
Las primeras escuchas no dudarían en situar a “El bosque brillante” como una continuidad, si se quiere lógica, del logrado “Viento divino”. Las coincidencias no son pocas. Hay un clima general que se emparenta con el antecesor. Los temas navegan entre la calma y la tensión contenida, en ocasiones al límite de un desborde que no llega a concretarse. También están allí, como disco anterior, la solvencia y creatividad de Piazzolla y Sívori.
Pero también están esas diferencias, evidentes o plenas de sutilezas. Buena parte de ellas surgen de los teclados de Esteban Sehinkman, que en muchos pasajes emerge como el socio ideal para Balduini, dialogando con la guitarra o tejiendo fondos que sostienen o enmarcan la melodía de Balduini.
El disco no podría haber tenido mejor comienzo. El primer corte es de esos que golpean sin aviso. Un punteo de guitarra marca el camino y se mantiene presente a lo largo de todo el desarrollo, con la base rítmica entrando y saliendo y los teclados como telón de fondo. Pero es tan sólo el inicio.
Porque están el rockero “Superestrella”, los breves,”Fugaz” y “Plegaria para mí” , con Lucio proponiendo otros colores o el notable “Héroe explorador”, con el grupo a pleno y la sociedad Balduini-Sehinkman en uno de sus puntos culminantes. Además un par de temas de Lucio que habían sido versionados en “Transmutación”, el disco de Pipi Piazzolla del 2015 y en el que participa el guitarrista: “Cascada milagrosa” y “Piedra lunar”, tienen aquí un tratamiento distinto al del trío; con mayor extensión y la guitarra llevando la melodía en reemplazo del saxo de Damian Fogiel.
Claro que también destacan aquí dos temas de Luis Alberto Spínetta, versionados de manera sólo instrumental. “La rifa del viento”, del álbum “Mondo di cromo” de 1983 y “Para ir”, un temazo de Almendra de 1970, con el que Balduini pone punto final a este, su nuevo y valioso trabajo. Cinco años entre un disco y otro no es un tiempo menor. Pero claro, esta vez la espera valió la pena.
Músicos: Lucio Balduini (guitarras y efectos), Esteban Sehinkman (Fender Rhodes),
Mariano Sivori (contrabajo), Daniel "Pipi" Piazzolla (batería)
Año: 2017
Estilo: Jazz moderno
Fuente: Web de Lucio Balduini
http://www.luciobalduini.com.ar/lucio-balduini-y-un-bosque-con-brillo-propio/