El sábado 18 de noviembre, el festival de Jazz cartagenero, que en esta edición cumple 37 años, tenía programadas a dos artistas que hicieron las delicias de un público entregado desde la primera nota.
Abrió la velada Cyrille Aimée, una joven nacida de padre francés y madre dominicana, que ya ha recorrido medio mundo dando cuenta de su innata cualidad para el jazz. Su estilo está abierto a múltiples influencias, con un denominador común: el sonido del jazz clásico que podríamos estar escuchando en un club de New Orleans, versionando y llevando a su terreno clásicos de Michael Jackson, Juan Luis Guerra y los mismísimos The Beatles.
Acompañada por una banda con músicos de Italia, Francia, Estados Unidos e Israel, recuerda a lo más elegante del jazz a lo largo de la historia, con poses en la voz y en el movimiento inspirados en una de las más grandes: Ella Fitzgerald.
Una de las novedades que aporta Cyrille al jazz es el uso de un artefacto denominado "looper", que toma el nombre del vocable inglés "loop" (espiral, lazo), y que consiste en grabar sonidos, que la artista realiza en directo, para luego repetirlos y dejarlos como base del resto de la canción. Así sucesivamente hasta tener en el tema una variedad de sonidos secuenciados que constituyen una delicia para los oídos. Hay que tener mucha pericia para que el invento salga bien, y Aimée la tiene.
Su actuación es de las que se recordará por su elegancia y sobriedad.
Concha Buika
La cantante mallorquina salió a escena con el pabellón bien alto, como lo había dejado su predecesora sobre las tablas, pero con su sola presencia llena de carisma y encanto, dejó claro que pisaba fuerte y que había venido a compartir con el público de Cartagena una actuación memorable.
Envuelta en un colorido vestido largo de lentejuelas, pisando descalza la alfombra sobre la que todos sus músicos y ella misma se mantuvieron en todo momento, fue desgranando su repertorio acompañada de una banda de lujo: Ramón Suárez al cajón, Santiago Cañada al trombón y el teclado polifónico, Josué Moreno (que tocaba en casa) al bajo y Rycardo Moreno a la guitarra.
Una formación que en los momentos de éxtasis y aceleración interpretativa mostraba sus influencias del sonido (que en sus tiempos fue tomado como un sacrilegio por los puristas del flamenco) del mítico álbum "La leyenda del tiempo" de Camarón.
El repertorio de Concha Buika es muy variado. Desde la canción popular sobre amor y desamor (más bien lo segundo) a un sorprendente y muy sugerente "reggae", pasando por clásicos de su carrera como "Mi niña Lola", a copla en el más puro sentido como "Ojos verdes" y "La bien pagá", el "Santa Lucía" de Roque Narvaja que popularizó Miguel Ríos, o una versión llevada a su terreno del clásico de KC & The Sunshine "Please, don´t go".
La suya fue una actuación en la que transitó por todos los territorios posibles del jazz, tocada siempre por un quejío flamenco, con poderío y autoridad, arrebatada en ocasiones como una Lola Flores del siglo XXI. Un torrente de pasión sobre el escenario, con licencia para tocar las entrañas de un público entregado que disfrutó de lo lindo con una artista grande, que ha dado nuestro país para disfrute del mundo.
Fuente: Cadena Ser
http://cadenaser.com/emisora/2017/11/19/radio_cartagena/1511100536_735311.html
Abrió la velada Cyrille Aimée, una joven nacida de padre francés y madre dominicana, que ya ha recorrido medio mundo dando cuenta de su innata cualidad para el jazz. Su estilo está abierto a múltiples influencias, con un denominador común: el sonido del jazz clásico que podríamos estar escuchando en un club de New Orleans, versionando y llevando a su terreno clásicos de Michael Jackson, Juan Luis Guerra y los mismísimos The Beatles.
Acompañada por una banda con músicos de Italia, Francia, Estados Unidos e Israel, recuerda a lo más elegante del jazz a lo largo de la historia, con poses en la voz y en el movimiento inspirados en una de las más grandes: Ella Fitzgerald.
Una de las novedades que aporta Cyrille al jazz es el uso de un artefacto denominado "looper", que toma el nombre del vocable inglés "loop" (espiral, lazo), y que consiste en grabar sonidos, que la artista realiza en directo, para luego repetirlos y dejarlos como base del resto de la canción. Así sucesivamente hasta tener en el tema una variedad de sonidos secuenciados que constituyen una delicia para los oídos. Hay que tener mucha pericia para que el invento salga bien, y Aimée la tiene.
Su actuación es de las que se recordará por su elegancia y sobriedad.
Concha Buika
La cantante mallorquina salió a escena con el pabellón bien alto, como lo había dejado su predecesora sobre las tablas, pero con su sola presencia llena de carisma y encanto, dejó claro que pisaba fuerte y que había venido a compartir con el público de Cartagena una actuación memorable.
Envuelta en un colorido vestido largo de lentejuelas, pisando descalza la alfombra sobre la que todos sus músicos y ella misma se mantuvieron en todo momento, fue desgranando su repertorio acompañada de una banda de lujo: Ramón Suárez al cajón, Santiago Cañada al trombón y el teclado polifónico, Josué Moreno (que tocaba en casa) al bajo y Rycardo Moreno a la guitarra.
Una formación que en los momentos de éxtasis y aceleración interpretativa mostraba sus influencias del sonido (que en sus tiempos fue tomado como un sacrilegio por los puristas del flamenco) del mítico álbum "La leyenda del tiempo" de Camarón.
El repertorio de Concha Buika es muy variado. Desde la canción popular sobre amor y desamor (más bien lo segundo) a un sorprendente y muy sugerente "reggae", pasando por clásicos de su carrera como "Mi niña Lola", a copla en el más puro sentido como "Ojos verdes" y "La bien pagá", el "Santa Lucía" de Roque Narvaja que popularizó Miguel Ríos, o una versión llevada a su terreno del clásico de KC & The Sunshine "Please, don´t go".
La suya fue una actuación en la que transitó por todos los territorios posibles del jazz, tocada siempre por un quejío flamenco, con poderío y autoridad, arrebatada en ocasiones como una Lola Flores del siglo XXI. Un torrente de pasión sobre el escenario, con licencia para tocar las entrañas de un público entregado que disfrutó de lo lindo con una artista grande, que ha dado nuestro país para disfrute del mundo.
Fuente: Cadena Ser
http://cadenaser.com/emisora/2017/11/19/radio_cartagena/1511100536_735311.html