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Edmar Castañeda / stereojazz
Aunque Édmar Castañeda descubrió al comienzo de su carrera una fórmula que aún hoy sigue cautivando la atención, no se ha conformado con seguirla repitiendo.

Castañeda, que nació en Bogotá, entró a la música gracias a los sonidos llaneros y luego se trasladó a Nueva York en su adolescencia. En aquella ciudad, aún con la herencia del joropo recorriéndole las venas, se fue abriendo paso en el circuito de las sesiones de improvisación interpretando jazz con su arpa, una mezcla que sorprende no solo por su búsqueda melódica, sino por sus explosivas maniobras con el instrumento. 

Como si fuera un alquimista musical, Castañeda siguió buscando nuevas recetas y nuevos compañeros para su arpa, por lo que su agenda de presentaciones está llena de conciertos en solitario o junto a pianistas, dúos o tríos de jazz o formaciones de salsa e incluso con agrupaciones sinfónicas, como sucedió hace un par de años, cuando se presentó en Bogotá junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. 

“Creo que como el arpa es uno de los instrumentos más antiguos, es fácil incorporarlo en cualquier música o con cualquier formación. Siempre hay una manera de que funcione y de que pueda ser líder; es muy fácil, creo, o por lo menos he tenido la fortuna de poder hacerlo”, cuenta el arpista en conversación telefónica desde Nueva York. 

Este mes, el músico regresa a Bogotá para dos conciertos, uno este sábado 9 de febrero en el Teatro Mayor y otro en el Carnaval de las Artes de Barranquilla el 14 de febrero, en los que estará acompañado de su trío, que conforman el saxofonista Shlomi Cohen y el percusionista Rodrigo Villalón.

Con estos dos músicos, con los que ha venido tocado constantemente desde hace un par de años, Castañeda ha logrado una armonía tonal en la que no solo se destaca el arpa, sino que también le da libertad a Cohen y a Villalón para dominar la escena con sus improvisaciones.

La formación tiene además un par de invitados especiales: la cantante Andrea Tierra, esposa de Castañeda, y el suizo Grégoire Maret, que interpreta la armónica. Para el arpista, es un placer y un “regalo de Dios” poder viajar, componer, charlar y tocar junto a la mujer que ama, que curiosamente conoció en Queens, cuando lo invitaron a una tertulia de unos amigos. 

Tierra recuerda que después de las presentaciones formales, Castañeda le soltó esta sorprendente declaración: ‘Tú te vas a casar conmigo y vamos a tener una niña’.

“Yo me morí de risa, terminamos viéndonos otra vez y nos casamos a los 20 días. Y nuestra primera niña nació a los cuatro años”, cuenta Tierra mirando en retrospectiva ese momento. 

Aquella noche en que se conocieron, la tertulia se transformó en una jornada musical y Tierra terminó compartiendo escenario con su futuro esposo. Y, como les ha pasado a tantos, las habilidades de su compañero de escenario lograron deslumbrarla. 

“Yo nunca había visto algo así, y pensaba: ‘Ese niño toca increíble’, porque yo creía que era muchos años menor que yo. Esa fue la primera impresión, pero lo más impresionante de Édmar es que cuando lo conoces como ser humano deslumbra más que por el arpa. Yo me enamoré fue de eso”, añade Tierra. 

A su otro invitado especial, Grégoire Maret, Castañeda lo conoció en Montecarlo, en Mónaco, donde el colombiano se estaba presentando junto al bajista estadounidense Marcus Miller. “Yo lo escuché y dije ‘Guay, cómo toca este tipo’”, asegura.

Ambos músicos descubrieron que vivían en Nueva York y así nacieron sus colaboraciones, en las que han logrado encontrar un camino para poner a dialogar ese pequeño instrumento de viento con las cuerdas del arpa de Castañeda.

Gracias a esas presentaciones, los dos artistas decidieron grabar un disco juntos, que se llamará Harp versus Harp y se lanzará en mayo próximo. 

Castañeda cuenta que el título del álbum se debe a la confusión que genera en el idioma inglés el nombre de los dos instrumentos. “A la armónica, aquí en Estados Unidos, y en muchos países, usualmente la conocen como arpa. Mucha gente, cuando yo les digo que toco arpa, creen que es armónica”, relata Edmar.

Además de las composiciones que Castañeda y Maret crearon para este disco, los artistas decidieron invitar a Béla Fleck, intérprete de banjo estadounidense. 

Castañeda ya ha compartido escenario en varias ocasiones con Fleck, quien es considerado uno de los mayores innovadores de la interpretación del banjo. “Ha revolucionado este instrumento en el jazz”, asegura el arpista. 

En el disco también participará Tierra, quien cantará algunas canciones. “Es muy bonito ver cómo se acompaña esta voz con estos dos instrumentos”, agrega Castañeda sobre este proyecto.

Luego de sus presentaciones en Bogotá y en Barranquilla, Castañeda llevará su instrumento a varias ciudades de Estados Unidos, entre ellas Boston y Knoxville, y también viajará próximamente a Brasil. 

El colombiano creó un diseño espacial para su arpa, junto a la empresa francesa Camac Harps. Con ella continuará la búsqueda de nuevas fórmulas. “Hay que explorar y sacarle todo el jugo que tiene el arpa, que es bastante. De verdad que es una bendición poder hacer eso”, finaliza Castañeda.

Yhonatan Loaiza Grisales

Fuente: Diario El Tiempo

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