Mecha es el grupo chileno que ha estrechado el vínculo entre su música vernácula y el lenguaje jazzistico hasta diluir por completo el lenguaje del uno en el otro.
Es cierto que en España ya se ha hecho con el flamenco, y en Francia con jazz manouche, pero esta banda ha sido galardonada en el 2018 con el Premio Pulsar a mejor disco de jazz fusión por su ‘Atar y desatar’, categoría de la que ellos mismos no están muy seguros, su música es algo más que jazz fusión.
El álbum ha sido grabado y masterizado por Nicolás Ríos en 2017, en los estudios Alta Rocka de Santiago de Chile, y su formación la componen Ximena Rodriguez a la voz, percusión, cuarto y charango; Daniel Román, compositor y guitarrista; Hugo Rojaz Krumenacker al bajo, Alejandro Rivas en los saxos soprano y barítono, así como a las tarkas; y el propio Nicolás Ríos a la batería y percusión.
Lo cierto es que con este compendio organológico, el producto resultante no va a sonar a un jazz al uso, el termino ‘fusión’ puede resultar un poco confuso, y el de folclore también, entonces, ¿en qué categoría encaja la música recogida en este ‘Atar y desatar’? El propio Daniel Román ofrece una solución, definiéndolo como «folklore de vanguardia», un epíteto interesante y meditado que carga de significado y abre un nuevo camino a la música tradicional.
La intención es clara, desarrollar el folclore a través del lenguaje de la improvisación y la sonoridad moderna sin perder la carga política, social y reivindicativa de las letras del folclore chileno. Es una música racional que no renuncia a los imperativos éticos de lo que quiere expresar, por eso el resultado es de verdadera fusión, el producto de la relación entre música contemporánea y poesía, armonía y reivindicación, improvisación y política.
La música del disco es viva y dinámica, el lenguaje del jazz se transporta a los timbres y sonoridades de los instrumentos tradicionales chilenos, entre los que destaca el uso del guitarrón o el charango.
Cada composición refleja la personalidad y capacidad de cada uno de estos, así como la de cada uno de los músicos, provenientes de diferentes márgenes de la música, dando como resultado en su sinergia a un disco que nos transporta a confines exóticos de conciliación entre la llamada world music y el jazz, dando un giro a la discusión sobre el estilo, la lengua y la conceptualización de la fusión más allá de su significado primigenio.
Adrián Besada
Músicos: Ximena Rodriguez (voz, percusión, cuarto, charango); Daniel Román (guitarra); Hugo Rojaz Krumenacker (bajo); Alejandro Rivas (saxo soprano, saxo barítono, tarkas); Nicolás Ríos (batería, percusión)
Año: 2019
Estilo: World jazz
Fuente: Distrito Jazz