"Es un placer estar aquí", dijo Michael League cuando el concierto ya había comenzado y estaba encaminado. "Tocar en esta sala es...". Hasta ahí, el líder de Snarky Puppy venía hablando en un perfecto español pero no encontró palabras para describir la sensación. Y, probablemente, en inglés tampoco hubiese encontrado cómo expresar qué se siente tocar en una de las mejores salas de concierto de todo el mundo: el Colón. Entonces, en el show que fue presentado por LN Cultura, atinó a mirar a cada rincón del teatro, aplaudir a modo de agradecimiento y anunciar el próximo tema: "Gemini".
"Es una composición de Justin Stanton", dijo al señalar al tecladista a su derecha y la describió como "una canción linda, pero rara". Cambiante en sus climas, el tema comenzó como una marcha trepidante con coros celestiales a cargo de League, que recuerdan a los que Pedro Aznar hacía en el Pat Metheny Group. Mutó de a poco hacia el modern r&b gracias a los sintetizadores y el talkbox de Shaun Martin: el tecladista arengador del grupo que esta vez se presentó en forma de noneto. En el medio, las guitarras de Bob Lanzetti pasearon el tema por momentos de jazz rock, con toda la influencia de Mike Stern en su sonido.
Con el armonicista Franco Luciani como invitado, llegó el momento de la celebración localista con "Palermo": una suerte de chacarera espacial compuesta por el argentino Marcelo Woloski, percusionista de Snarky Puppy. Una vez introducida la melodía por la armónica y el ritmo por el bombo legüero, el grupo llenó el teatro de colores entre teclados, vientos y guitarras. Como una cabalgata por la vía láctea, el ritmo folklórico se convirtió en una excusa para que cada uno aporte a la improvisación colectiva que, en conjunto, recuperó sonidos del Miles Davis eléctrico, de Weather Report y Return To Forever.
En las canciones "Shofukan" y "Lingus" el colectivo de músicos jugó a sus anchas. El primero, con ciertas reminiscencias hindúes y el segundo, ya convertido en un clásico de los shows en vivo, llevaron al público a desbordarse de sus asientos para bailar sobre el groove de League y corear los arreglos de vientos en clave acid jazz. En dos horas de un show que se estructuró en intensidad creciente, Snarky Puppy volvió a poner en escena todo su andamiaje sonoro construido desde el virtuosismo medido de sus integrantes. Como si se tratara de una retroalimentación de partes que se saben menos que el todo.
Fuente: Diario La Nación
http://www.lanacion.com.ar/2092707-snarky-puppy-desembarco-su-jazz-fusion-en-el-teatro-colon
"Es una composición de Justin Stanton", dijo al señalar al tecladista a su derecha y la describió como "una canción linda, pero rara". Cambiante en sus climas, el tema comenzó como una marcha trepidante con coros celestiales a cargo de League, que recuerdan a los que Pedro Aznar hacía en el Pat Metheny Group. Mutó de a poco hacia el modern r&b gracias a los sintetizadores y el talkbox de Shaun Martin: el tecladista arengador del grupo que esta vez se presentó en forma de noneto. En el medio, las guitarras de Bob Lanzetti pasearon el tema por momentos de jazz rock, con toda la influencia de Mike Stern en su sonido.
Con el armonicista Franco Luciani como invitado, llegó el momento de la celebración localista con "Palermo": una suerte de chacarera espacial compuesta por el argentino Marcelo Woloski, percusionista de Snarky Puppy. Una vez introducida la melodía por la armónica y el ritmo por el bombo legüero, el grupo llenó el teatro de colores entre teclados, vientos y guitarras. Como una cabalgata por la vía láctea, el ritmo folklórico se convirtió en una excusa para que cada uno aporte a la improvisación colectiva que, en conjunto, recuperó sonidos del Miles Davis eléctrico, de Weather Report y Return To Forever.
En las canciones "Shofukan" y "Lingus" el colectivo de músicos jugó a sus anchas. El primero, con ciertas reminiscencias hindúes y el segundo, ya convertido en un clásico de los shows en vivo, llevaron al público a desbordarse de sus asientos para bailar sobre el groove de League y corear los arreglos de vientos en clave acid jazz. En dos horas de un show que se estructuró en intensidad creciente, Snarky Puppy volvió a poner en escena todo su andamiaje sonoro construido desde el virtuosismo medido de sus integrantes. Como si se tratara de una retroalimentación de partes que se saben menos que el todo.
Fuente: Diario La Nación
http://www.lanacion.com.ar/2092707-snarky-puppy-desembarco-su-jazz-fusion-en-el-teatro-colon